Carta de Felipe Bianchi a Escalona
Mi amigo Juan Paulo Larraín me envió por mail lo siguiente:
Columna cesnsurada en diario financiado con nuestros impuestos
"Chupasangres y Explotadores" (carta abierta al compañero Escalona)
Por Felipe Bianchi
Esta columna debió se publicada en La Nación domingo del 27 de agosto.
Pero la censuraron. Su autor, Felipe Bianchi trabajó 15 años en El
Mercurio y 5 en el Mega. ¿Lo censuraron alguna vez por esos lados?, le
preguntamos. "Nunca, jamás, lo juro. Esta fue mi primera vez. Y dolió"
Es simpática y emotiva la lucha de clases, compañero, pero la verdad es
que está un poco añeja. Seamos francos: suena remota, antediluviana. No
parece un discurso muy brillante ni muy sustancioso a estas alturas del
cuento. Hasta resulta un poquito antiestético. Aparte, ya no le viene a la
Concertación. Si las cosas no fueron desde un comienzo por ese carril no
es ahora, cuando la izquierda lleva años chapoteando en las ideas del
libre mercado, el momento de recuperar la lógica de los obreros contra los
patrones.
Suena tan absurdo y caricaturesco como pensar que los mineros de La
Escondida son unos tipos de camisas abiertas y picotas en la mano. Por
favor. Han pasado ya muchos trajes Armani bajo el puente, muchas
vacaciones en Cachagua, muchos viajes a Europa, muchas ONG, muchas
productoras de cine, muchos institutos de estudio o de crecimiento
personal, muchos almuerzos en el Fournil, muchas casas en Chiloé y en
Tunquén, muchos negocios con Cuba y con México, muchas bufandas y
calcetines rojos (de marca) como para que la izquierda salga ahora con
este numerito, compañero.
Es cierto que también es bastante ridículo que la derecha salte aterrada
ante la posibilidad de que usted, Escalona, sea el Altamirano de los
nuevos tiempos. Darle peso, consistencia, espesor y reciedumbre a un par
de palabritas bien o mal usadas es como mucho. Mucha forma y poco fondo,
digo. Balas pedidas. Miedo excesivo.
Bueno, todo ha sido excesivo en estos días. Qué lata estar desenterrando a
cada rato, a ambos lados de la vereda, los fantasmas del '73.
Compañero conseglieri: la cagó no más, qué quiere que le diga. Dio el pie
para los aullidos, las quejas y los lloriqueos del enemigo. Aparte, eligió
el peor momento: a horas de la reunión de la Presidente con los
empresarios. Los obligó a todos a dar explicaciones. ¿Y qué ganó? Nada.
¿Por qué? Porque no había nada que ganar.
¿Imagen pública? Las pelotas. Al revés. ¿Cambiar el tema? Tampoco. Al
ratito volvimos a escuchar los majaderos análisis de la supuesta
ingobernabilidad en que estamos inmersos. Hasta el interior del PS se
engrifaron con su arrebato.
¿Cuál es el problema, dice usted? ¿El tipo de lenguaje? ¿La
descalificación? ¿La oportunidad? ¿La irresponsabilidad partidaria? ¿La
arrancada de tarros? ¿El que no sepa perder y se haya picado con el
"pobrecito" Allamand? No, todo eso es paja, si me perdona el exabrupto.
Para mí el problema es otro, compañero. El problema es que se echó como 30
años encima. Se alejó varios escalones (escalones-Escalona) de lo que se
está conversando en las calles, en las universidades y en las casas.
Mientras usted sigue hablando en una suerte de arameo, por acá, por el
mundo de los de a pie, el tema de los empresarios y los trabajadores tiene
que ver con otras cosas, con otros problemas. La guerra se acabó hace
rato. Los guevones chupasangre y explotadores, obviamente, siguen
existiendo. Pero son los menos. Y además importan poco, ideológicamente
hablando.
Los problemas ahora son otros: la movilidad, las barreras de entrada, los
subsidios a los más chicos, la escasa meritocracia, la falta de renovación
de los grupos económicos y de quienes los dirigen, el inmovilismo, la
rigidez social, la famosa paridad con las mujeres, la relación de progreso
con ecología. Problemas que tienen que ver con un solo tema: el cómo
entro. No el cómo le pego a los que ya están adentro.
Va por ahí la cosa, compañero. Y tanto a usted como a los de la otra
verdea se les pide lo mismo: limpieza de métodos, reglas claras, igualdad
de oportunidades. Con eso nos basta. Lo otro es oportunismo, como decía
Gumucio.
Revise la lista de los grandes empresarios chilenos de la actualidad. Hay
dos cosas que llaman poderosamente la atención: la gran mayoría hicieron
la plata ellos mismos, en una generación, y casi todos son extranjeros o
descendientes de extranjeros. Incluso varios no son ni siquiera de
derecha. El mapa de antes se borró hace rato. La antigua aristocracia
castellano-vasca ya no tiene poder en este país. La derecha conservadora
ya no controla el parlamento ni la sociedad. La iglesia casi no pincha ni
corta. Ya han pasado dos décadas desde la maldita dictadura.
Estamos en otro país, compañero. Hace rato. Y si sigue habiendo
chupasangres y explotadores, a estas alturas la factura habría que
pasársela a la Concertación. Ojo con los autogoles."
Gracias JP.
Columna cesnsurada en diario financiado con nuestros impuestos
"Chupasangres y Explotadores" (carta abierta al compañero Escalona)
Por Felipe Bianchi
Esta columna debió se publicada en La Nación domingo del 27 de agosto.
Pero la censuraron. Su autor, Felipe Bianchi trabajó 15 años en El
Mercurio y 5 en el Mega. ¿Lo censuraron alguna vez por esos lados?, le
preguntamos. "Nunca, jamás, lo juro. Esta fue mi primera vez. Y dolió"
Es simpática y emotiva la lucha de clases, compañero, pero la verdad es
que está un poco añeja. Seamos francos: suena remota, antediluviana. No
parece un discurso muy brillante ni muy sustancioso a estas alturas del
cuento. Hasta resulta un poquito antiestético. Aparte, ya no le viene a la
Concertación. Si las cosas no fueron desde un comienzo por ese carril no
es ahora, cuando la izquierda lleva años chapoteando en las ideas del
libre mercado, el momento de recuperar la lógica de los obreros contra los
patrones.
Suena tan absurdo y caricaturesco como pensar que los mineros de La
Escondida son unos tipos de camisas abiertas y picotas en la mano. Por
favor. Han pasado ya muchos trajes Armani bajo el puente, muchas
vacaciones en Cachagua, muchos viajes a Europa, muchas ONG, muchas
productoras de cine, muchos institutos de estudio o de crecimiento
personal, muchos almuerzos en el Fournil, muchas casas en Chiloé y en
Tunquén, muchos negocios con Cuba y con México, muchas bufandas y
calcetines rojos (de marca) como para que la izquierda salga ahora con
este numerito, compañero.
Es cierto que también es bastante ridículo que la derecha salte aterrada
ante la posibilidad de que usted, Escalona, sea el Altamirano de los
nuevos tiempos. Darle peso, consistencia, espesor y reciedumbre a un par
de palabritas bien o mal usadas es como mucho. Mucha forma y poco fondo,
digo. Balas pedidas. Miedo excesivo.
Bueno, todo ha sido excesivo en estos días. Qué lata estar desenterrando a
cada rato, a ambos lados de la vereda, los fantasmas del '73.
Compañero conseglieri: la cagó no más, qué quiere que le diga. Dio el pie
para los aullidos, las quejas y los lloriqueos del enemigo. Aparte, eligió
el peor momento: a horas de la reunión de la Presidente con los
empresarios. Los obligó a todos a dar explicaciones. ¿Y qué ganó? Nada.
¿Por qué? Porque no había nada que ganar.
¿Imagen pública? Las pelotas. Al revés. ¿Cambiar el tema? Tampoco. Al
ratito volvimos a escuchar los majaderos análisis de la supuesta
ingobernabilidad en que estamos inmersos. Hasta el interior del PS se
engrifaron con su arrebato.
¿Cuál es el problema, dice usted? ¿El tipo de lenguaje? ¿La
descalificación? ¿La oportunidad? ¿La irresponsabilidad partidaria? ¿La
arrancada de tarros? ¿El que no sepa perder y se haya picado con el
"pobrecito" Allamand? No, todo eso es paja, si me perdona el exabrupto.
Para mí el problema es otro, compañero. El problema es que se echó como 30
años encima. Se alejó varios escalones (escalones-Escalona) de lo que se
está conversando en las calles, en las universidades y en las casas.
Mientras usted sigue hablando en una suerte de arameo, por acá, por el
mundo de los de a pie, el tema de los empresarios y los trabajadores tiene
que ver con otras cosas, con otros problemas. La guerra se acabó hace
rato. Los guevones chupasangre y explotadores, obviamente, siguen
existiendo. Pero son los menos. Y además importan poco, ideológicamente
hablando.
Los problemas ahora son otros: la movilidad, las barreras de entrada, los
subsidios a los más chicos, la escasa meritocracia, la falta de renovación
de los grupos económicos y de quienes los dirigen, el inmovilismo, la
rigidez social, la famosa paridad con las mujeres, la relación de progreso
con ecología. Problemas que tienen que ver con un solo tema: el cómo
entro. No el cómo le pego a los que ya están adentro.
Va por ahí la cosa, compañero. Y tanto a usted como a los de la otra
verdea se les pide lo mismo: limpieza de métodos, reglas claras, igualdad
de oportunidades. Con eso nos basta. Lo otro es oportunismo, como decía
Gumucio.
Revise la lista de los grandes empresarios chilenos de la actualidad. Hay
dos cosas que llaman poderosamente la atención: la gran mayoría hicieron
la plata ellos mismos, en una generación, y casi todos son extranjeros o
descendientes de extranjeros. Incluso varios no son ni siquiera de
derecha. El mapa de antes se borró hace rato. La antigua aristocracia
castellano-vasca ya no tiene poder en este país. La derecha conservadora
ya no controla el parlamento ni la sociedad. La iglesia casi no pincha ni
corta. Ya han pasado dos décadas desde la maldita dictadura.
Estamos en otro país, compañero. Hace rato. Y si sigue habiendo
chupasangres y explotadores, a estas alturas la factura habría que
pasársela a la Concertación. Ojo con los autogoles."
Gracias JP.
5 Comments:
Andrés
La carta de tu amigo no me gusta.
Le encuentro razón en los argumentos, pero el tono...hay una ironía que agrede más allá del objeto de su agresión.
El hecho que nunca le hayan censurado una carta en el Mercurio, no significa nada si su línea argumentativa coincide con la del diario, pero no vamos a decir que el Mercurio sea precisamente un medio que da cabida a opiniones disidentes. Yo he mandado varias cartas al editor, y no me han publicado ninguna. Puede ser que las cartas fueran malas, quien sabe..
Tengo casa en Tunquén y no conozco ni soy del red set chileno.
Es cierto que el poder económico ha cambiado de manos en Chile. Que tenemos grandes empresarios que han hecho fortuna en una generación a partir de su capacidad y de su empuje. Pero no es menos cierto el tema por el que pitea todo el mundo: la tremenda concentración del ingreso. Por eso, las palabras de Escalona caen en terreno abonado.
Igual, te invito a que miremos el discurso de Escalona de otra forma. Te advierto que no comparto para nada ni sus expresiones como estilo, ni el fondo de lo que dijo. El tema es que, estoy seguro, él tampoco se las cree. La pregunta es: ¿por qué Escalona está diciendo lo que dice? Cuál es su agenda? qué es lo que quiere rediseñar? a quienes quiere hacer pisar el palito? te aseguro que un político ducho como Escalona, no improvisa. Aquí está mandando mensajes a sus bases, a sus compañeros de partido, a sus compañeros de coalición, a la oposición...probablemente quiera capitalizar la serie de movimientos por demandas sociales que se le vienen encima al gobierno, distanciándose de él a través de declaraciones de este tipo, declaraciones que, por más descabelladas que nos parecen, tienen eco en miles de personas que no han podido subirse al carro.
Mire Andrés Alemany Errazuriz, lo primero que me llama la atención es saber que el "periodista" Felipe Bianchi trate de escribir en serio, me refiero a sus performances como parte del equipo de CQC hace algunos años en MEGA en compañia del limítrofe Nicolas Larrain y los momiecitos de R.Claro y ahora como opinólogo deportivo en CHV (donde a todas luces da bote y guatea en cuanta oportunidad esta en el aire).
Ahora bien, Escalona debe cambiar la forma, no el contenido de su discurso, ya que lo de "chupasangres y explotadores" se mantiene dentro de las cualidades de los empresarios, pero nos recuerdan ese discurso upeliento que tanta roncha que saca ¿verdad?, pero dígame usted, como es posible que Bianchi se crea la del intelectual y pretenda que lo publique la Nación Domingo, usted que es su amigo digale que se ponga serio, a Bianchi no se le censura por Momio, se le censura por poca cosa en esto del periodismo, que se dedique a la farándula, que comente a los picantes del futbol, que discrepe con Bomballet, ... pero que no se meta en lo que no sabe y menos con D. Escalona que se le paró el reloj el año 1973 y quedó hablando las mismas weas pero de trabajar, ... ni hablar!
Cordialmente
Caxiloro
Caxiloro,
grandes tus blogs sobre la cueca urbana y Dave Holland. Sobre este si que sabías. Yo sólo conozco un par de sus discos y que había tocado con Davies y Corea; tu post fue educativo a este ser amante del jazz sin conocimientos técnicos alguno.
En relación al señor Bianchi, podemos discrepar sobre su capacidad periodística y ideonidad e intelectualidad. Sin embargo, sin compartir la forma, creo que el fondo de su carta es acertada. Los empresarios no son chupasangre: los seres humanos lo son -algunos-, independiente de su oficio u ocupación. Cuantos no empresarios pagan las cotizaciones sociales de sus empleadas domésticas completas. Cuantos cumplen con la ley laboral de estas mujeres al pie de la letra. Muchos?, pocos?, podemos decir que corresponden a empresarios, profesores, intelectuales? Cuantos productores de cine pagan todos sus impuestos, y los de sus empleados? Cuantos utilizan subcontratístas? Cuantos artistas facturan o dan boletas por sus obras? Cuantos dan una propina justa cuando les sirven en un restoran? Cuantos no se quedan con el mayor vuelto cuando se equivocó la cajera y no reparan en que ella tendrá que cuadrar la caja con su sueldo? Cuantas empresas públicas subcontratan? Cuantos políticos entran sin pagar a los estadios y tratan de no pagar ni siquiera los partes? Cuantas empresas estatales pagan sin boleta (caso Gate)? Como se trata a los empleados públicos (veo que estan muchos en paro)?
Creo que los seres humanos nos aprovechamos siempre de buscar chivos expiatorios para tapar costumbres arraigadas en todos.
Personalmente no creo que los empresarios sean muy distintos al resto de los chilenos excepto en crear empresas y puestos de trabajo, como en arriesgar su capital para emprender.
Andrés (si me permite tuetearlo), gracias por lo que me toca en cuanto a la calidad de mis posteos, en cuanto a su descripción de los incumplimientos de leyes sociales y hacerse los lesos con el vuelto u otra bagatela, eso se llama corrupción y los corruptos no necesariamente son los empresarios, insisto, los empresarios son descritos como lo hace Escalona en la medida que pudiendo pagar un poco mas a sus empleados y ganar un poco menos, optan por ganar mas, con el argumento de que para que quieren mas dinero sus empleados (se pueden acostumbrar), son expotadores cuando insisten en abaratar la mano de obra para comprarse la 4x4 del año, porque su vecino de la Dehesa u "otro chile" ya cambió la de él y luego arma tremenda alaharaca porque le suben la bencina, ¿me explico?... en fin, yo soy músico y vea usted el estado de cosas en el Municipal.
Disculpe si le parezco un entrometido, pero esta gente de la tele como Bianchi, el Chico Perez, los Quesilles y toda la cáfila de zánganos y meretrices que pulula en ese medio no dan como para que se les tome en serio en cuanto a una opinión como la vertida en la carta de marras.
Y D.Escalona desatina también, pero su frecuencia es audible.
Salu2 Cordiales
Caxiloro,
no hay razón para no tutearse. Espero que hayas pasado un buen rato escuchando a Holland, ayer. Yo me ubiqué muy cerca de los parlantes y tuve que tomar distancia para apreciar mejor la música y peor la escenografía. El vino de Los Vascos estaba bueno, aunque con el jazz pega mejor un Martini o un buen Bourbon. El lugar espectacular.
El lunes tuve la ocación de ir a tu teatro a escuchar a Chucho con sus compinches, grandes los 4. De hecho me gustó mucho más el baterísta de chucho que el de dave.
En relación a D. Escalona, tomo lo que dijo mi amigo Schmidt: mejor pensemos en positivo. En todo caso el tema dá para mucho ya que lo que se debe pagar por el trabajo es el valor producto marginal de este. Si hay oferta abierta e ilimitada y no hay costos de cambio, entonces el mercado funciona y no hay explotadores fiscales ni particulares. Si lo que dices de los empresarios es cierto, eso es corrupción ética, al final semántica, el problema sigue ahí en uno y otro caso.
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