jueves, abril 26, 2007

Bonsái

El fin de semana apareció una crítica a la última novela de Alejandro Zambra, poéta y crítico literario.

Partí a una librería a buscar la novedad. La novedad fué que aún no se encuentra en las librerías.

El vendedor, gran vendedor por cierto, me hizo comprar Bonsái la primera novela de Zambra; que yo no había leído.

Caminé unos pasos a la Tetería, Santa Magdalena entre Providencia y Costanera, pedí un Russian Caravan Smokey (que es el origen de los tés ahumados ya que los rusos llevaban en sacos el té que se ahumaba con las fogatas que éstos hacían para pasar el frío en el extenso camino de regreso), e hinqué el diente al Bonsái.

Tremenda sorpresa! Una novela Bonsái: muy corta -90 páginas-, pero precisa, entretenida y bien escrita.

Habla de un escritor - no escritor- que escribe un libro -que no escribe- y se encierra a ver crecer un Bonsái mientras recuerda a un amor de juventud con quién leía a Proust cada vez antes de amarse.

Las vueltas, los personajes, María la vecina lesbiana -no lesbiana- , Anita la amiga -no amiga-, cada uno presenta y representa muy bien a tipos de personas que vemos cada día en nuestro entorno.

De soledad y literatura. Para gozarlo en el tiempo que el aroma y sabor del té aún permanecen en la tetera humeante.

4 Comments:

Blogger Patricio Schmidt said...

Dear Sailor: desde México te escribo, de la soledad de mi pieza en el Camino Real antes de que empiece el rodaje de mañana y para puro joderte, no puedo dejar pasar la espúrea ofensa que le has hecho al pueblo chino al poner a los amigos rusos (como decia el finado don pino) como los precursores del té ahumado, olvidando y dejando de lado al Lapsang Souchong, aquel legendario té negro ahumado de las montañas Wuyi en la pequeña provincia de Fujian.
Mas de mil años tiene este té que se seca sobre ramas de cedro encendido, luego se frie, enrolla y oxida antes de ser secado totalmente en cestas de bambú sobre pino ardiente.
Durante mucho tiempo este distintivo té no se podía tomar fuera de china, y recien en el principio del S XIX los occidentales probaron su distintivo y poderoso sabor. Desgraciadamente las montañas Wuyi son un area pequeña, especialmente Zheng Shan que es donde se cultiva el verdadero Lapsang, por lo que dudo que alguno de nosotros haya probado alguna vez su verdadero sabor.

En todo caso, querido Sailor, no puedo dejar de felicitarte por el post, highly delightful...

7:59 p. m.  
Blogger Andres Alemany E said...

Pato,
quién otro para tan acertada corrección. Soy un fanatico del Lapsang Souchong. Mi paladar no alcanza a discriminar entre calidades de buenos ahumados. Pero la historia del té ahumado por los brutos rusos que lo transportaban en lomo de yeguas por las estépas mongoles y rusas, no deja de ser facinante, aunque su calidad diste del de las montañas de Wuyi.
Gracias por la observación!

12:26 p. m.  
Blogger Andrea Brandes said...

Andrés
miro el bonsai y me pareció mirarme al espejo. Una cosa atrapada, un árbol chico.
Referente a los personajes que describes, me sugieren personajes interiores, reflejo de la dualidad permanente.

Referente al te chino, el más conmovedor es el "té blanco", una taza de agua caliente que se vende em los trenes durante los días de invierno.

He tratado de ubicarte para invitarte a un taller precioso que está haciendo Zurita en mi casa. El cel. que tengo ya no existe.
please mándame tu número
abrazos

12:46 p. m.  
Blogger Andres Alemany E said...

Andrea, yo te llamo en la semana. El té blanco, es uno de mis preferidos, no puedes usar agua a más de 75ª ya que se quemarían las hojas, muy sutil, delicado, es en realidad el té sin secar ni fermentar, es un té verde, pero que por el color del producto final se le llama blanco.justo lo contrario de la mezcla de Lapsang Souchong y otro que dá lugar al Russian Caravan Smokey (o smoky como le llman otros).

3:20 p. m.  

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