Gabriel Donoso
El viernes en la mañana murió, después de unos días en coma, Gabriel Donoso R. Se cayó del caballo el mejor jinete chileno, en un partido amistoso, de polo, en Buenos Aires.
A Gabriel lo conocí cuando ambos hacíamos equitación en el Club San Cristobal (más conocido como Polo). Estaba un curso más arriba que yo en el Saint George, pero pasabamos mucho tiempo juntos tanto en los caballos, como en la nieve. Fueron un par de años, yo después dejé la equitación y Gabriel ya comenzaba a ser una una promesa del polo.
En equitación era impresionante su destreza y complementación con los caballos, lo que fué clave en su destacada trayectoria en el polo.
Me he preguntado estos días si uno puede decir "era amigo de Gabriel". Ya que fuimos amigos y cercanos hace 30 años. A Gabriel lo seguí viendo esporádicamente en el club, donde nos saludabamos y nos dirigíamos unas palabras de cortesía. Pero siempre en ellas había ese dejo de cariño de quienes en algún momento compartieron una amistad.
El orgullo de lo que Gabriel significó para el deporte chileno, llevandolo al primer nivel mundial, incentivando y desarrollando a nuevas generaciones de jugadores, capitanendo o entrenando al equipo nacional. Siendo un caballero, reconocido en chile y en el mundo entero - el Rey de Malasia fué uno de los primeros en entregar sus condolencias a la familia de Gabriel, jugó con el principe Carlos, con grandes equipos en EE.UU., Argentina y muchos otros países.
Se ha destacado estos días el profesionalísmo que tuvo para enfrentar los desafíos de su carrera, lo que se reflejó en los triunfos que obtuvo.
Gabriel es un referente para los deportístas de este país. Fué un gran embajador que nos dejó muy bien representados - no con escándalos en los hoteles o discotecas, como otros deportístas, sino que por su juego y educación-.
Si queremos un país mejor estos ejemplos son los que debemos destacar.
Me siento orgulloso de haber sido un día -y sentirme siempre- un amigo de Gabriel.
A Gabriel lo conocí cuando ambos hacíamos equitación en el Club San Cristobal (más conocido como Polo). Estaba un curso más arriba que yo en el Saint George, pero pasabamos mucho tiempo juntos tanto en los caballos, como en la nieve. Fueron un par de años, yo después dejé la equitación y Gabriel ya comenzaba a ser una una promesa del polo.
En equitación era impresionante su destreza y complementación con los caballos, lo que fué clave en su destacada trayectoria en el polo.
Me he preguntado estos días si uno puede decir "era amigo de Gabriel". Ya que fuimos amigos y cercanos hace 30 años. A Gabriel lo seguí viendo esporádicamente en el club, donde nos saludabamos y nos dirigíamos unas palabras de cortesía. Pero siempre en ellas había ese dejo de cariño de quienes en algún momento compartieron una amistad.
El orgullo de lo que Gabriel significó para el deporte chileno, llevandolo al primer nivel mundial, incentivando y desarrollando a nuevas generaciones de jugadores, capitanendo o entrenando al equipo nacional. Siendo un caballero, reconocido en chile y en el mundo entero - el Rey de Malasia fué uno de los primeros en entregar sus condolencias a la familia de Gabriel, jugó con el principe Carlos, con grandes equipos en EE.UU., Argentina y muchos otros países.
Se ha destacado estos días el profesionalísmo que tuvo para enfrentar los desafíos de su carrera, lo que se reflejó en los triunfos que obtuvo.
Gabriel es un referente para los deportístas de este país. Fué un gran embajador que nos dejó muy bien representados - no con escándalos en los hoteles o discotecas, como otros deportístas, sino que por su juego y educación-.
Si queremos un país mejor estos ejemplos son los que debemos destacar.
Me siento orgulloso de haber sido un día -y sentirme siempre- un amigo de Gabriel.
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