Bonsái
El fin de semana apareció una crítica a la última novela de Alejandro Zambra, poéta y crítico literario.
Partí a una librería a buscar la novedad. La novedad fué que aún no se encuentra en las librerías.
El vendedor, gran vendedor por cierto, me hizo comprar Bonsái la primera novela de Zambra; que yo no había leído.
Caminé unos pasos a la Tetería, Santa Magdalena entre Providencia y Costanera, pedí un Russian Caravan Smokey (que es el origen de los tés ahumados ya que los rusos llevaban en sacos el té que se ahumaba con las fogatas que éstos hacían para pasar el frío en el extenso camino de regreso), e hinqué el diente al Bonsái.
Tremenda sorpresa! Una novela Bonsái: muy corta -90 páginas-, pero precisa, entretenida y bien escrita.
Habla de un escritor - no escritor- que escribe un libro -que no escribe- y se encierra a ver crecer un Bonsái mientras recuerda a un amor de juventud con quién leía a Proust cada vez antes de amarse.
Las vueltas, los personajes, María la vecina lesbiana -no lesbiana- , Anita la amiga -no amiga-, cada uno presenta y representa muy bien a tipos de personas que vemos cada día en nuestro entorno.
De soledad y literatura. Para gozarlo en el tiempo que el aroma y sabor del té aún permanecen en la tetera humeante.
Partí a una librería a buscar la novedad. La novedad fué que aún no se encuentra en las librerías.
El vendedor, gran vendedor por cierto, me hizo comprar Bonsái la primera novela de Zambra; que yo no había leído.
Caminé unos pasos a la Tetería, Santa Magdalena entre Providencia y Costanera, pedí un Russian Caravan Smokey (que es el origen de los tés ahumados ya que los rusos llevaban en sacos el té que se ahumaba con las fogatas que éstos hacían para pasar el frío en el extenso camino de regreso), e hinqué el diente al Bonsái.
Tremenda sorpresa! Una novela Bonsái: muy corta -90 páginas-, pero precisa, entretenida y bien escrita.
Habla de un escritor - no escritor- que escribe un libro -que no escribe- y se encierra a ver crecer un Bonsái mientras recuerda a un amor de juventud con quién leía a Proust cada vez antes de amarse.
Las vueltas, los personajes, María la vecina lesbiana -no lesbiana- , Anita la amiga -no amiga-, cada uno presenta y representa muy bien a tipos de personas que vemos cada día en nuestro entorno.
De soledad y literatura. Para gozarlo en el tiempo que el aroma y sabor del té aún permanecen en la tetera humeante.