Municipales
"Me encanta hablar de política. Paso todo el día hablando de política. Pero no soporto oír hablar de ella" (Wilde)
Impresionado por el tenor de la publicidad de campaña de las féminas chilenas, me prestaba a definir mi voto por una de las beldades que ofrecen adornar las citas de los consejos municipales. Cuanto más bella más votos merece; y la oferta no parece mal, en lo que vemos publicado.
Convencido que las ideas ya poco importaban, menos los partidos, los que ya ni aparecen, me topé con un cartel (paloma les llaman ahora), de la candidata Ludovica Sánchez. Esto no podía ser, recordé que tenía una tía con ese nombre y me costaba imaginar que otra persona coincidiera en nombre y apellido. La foto que acompaña la publicidad parece de una mujer de unos 30 años, los que supongo ella tenía en los años del León de Tarapacá, su gran amigo. Mi tía bidente, no tiene esa dentadura -sólo tiene dos dientes- ojalá hubiera sido vidente en vez de bidente; hubiera contratado sus consejos antes de ésta crisis, o durante ella, incluso ahora me servirían para multiplicar los dos pesos que aún me quedan. "Omnia Vincit Amor", bajo la foto de la bella mujer, me convenció que ella era la que postulaba al cargo. Ludovica recitaba a Virgilio cada vez que llegaba con nueva pareja, como si estos versos justificaran con su "el amor lo vence todo" cualquier conquista que dejara a mis tíos en el olvido (sí mis tíos, ya que nunca supimos cual pudo haber sido EL tío).
Photoshop. Eso lo explica, que sus looks cambiaran tanto y decenas se convirtieran en unidades. Pobres regidores, perdón, concejales, que tendrán que vérselas con la Chilla, como le decían en el campo, por su astucia de zorra local.
¡Elecciones! ya no sabemos por qué ni por quién votamos. Yo botaría a varios. Seguro algunos nos convertirán en coprófagos (tal como el pedófilo famoso, aunque por las noticias supiéramos que ya coprofagabamos con las bolsitas de té que vendía). Poco falta. Mi tía Ludovica no, ella es filófaga desde que busca a su Adán comiendo hojas de parra.
Estas elecciones me tienen con orquitis, o sea, con las pelotas hinchadas.
Tía: "Natura non facit saltus!", no, no espero grandes cambios, pero si ganas celebraremos con un buen guillatúm, en tu Purén querido.
Impresionado por el tenor de la publicidad de campaña de las féminas chilenas, me prestaba a definir mi voto por una de las beldades que ofrecen adornar las citas de los consejos municipales. Cuanto más bella más votos merece; y la oferta no parece mal, en lo que vemos publicado.
Convencido que las ideas ya poco importaban, menos los partidos, los que ya ni aparecen, me topé con un cartel (paloma les llaman ahora), de la candidata Ludovica Sánchez. Esto no podía ser, recordé que tenía una tía con ese nombre y me costaba imaginar que otra persona coincidiera en nombre y apellido. La foto que acompaña la publicidad parece de una mujer de unos 30 años, los que supongo ella tenía en los años del León de Tarapacá, su gran amigo. Mi tía bidente, no tiene esa dentadura -sólo tiene dos dientes- ojalá hubiera sido vidente en vez de bidente; hubiera contratado sus consejos antes de ésta crisis, o durante ella, incluso ahora me servirían para multiplicar los dos pesos que aún me quedan. "Omnia Vincit Amor", bajo la foto de la bella mujer, me convenció que ella era la que postulaba al cargo. Ludovica recitaba a Virgilio cada vez que llegaba con nueva pareja, como si estos versos justificaran con su "el amor lo vence todo" cualquier conquista que dejara a mis tíos en el olvido (sí mis tíos, ya que nunca supimos cual pudo haber sido EL tío).
Photoshop. Eso lo explica, que sus looks cambiaran tanto y decenas se convirtieran en unidades. Pobres regidores, perdón, concejales, que tendrán que vérselas con la Chilla, como le decían en el campo, por su astucia de zorra local.
¡Elecciones! ya no sabemos por qué ni por quién votamos. Yo botaría a varios. Seguro algunos nos convertirán en coprófagos (tal como el pedófilo famoso, aunque por las noticias supiéramos que ya coprofagabamos con las bolsitas de té que vendía). Poco falta. Mi tía Ludovica no, ella es filófaga desde que busca a su Adán comiendo hojas de parra.
Estas elecciones me tienen con orquitis, o sea, con las pelotas hinchadas.
Tía: "Natura non facit saltus!", no, no espero grandes cambios, pero si ganas celebraremos con un buen guillatúm, en tu Purén querido.
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