¿Qué quemaría de éste año?
Anoche nos dejamos caer en la casa de Pedro. Uno de esos amigos de toda la vida, de los tiempos del colegio a los tiempos de nuestros hijos, que son hoy compañeros de curso como lo fuimos nosotros hace 30 años.
Pedro fue siempre el optimista, el presidente del curso, el que ha organizado cuanta celebración existe. Quizás por ello me llamó la atención cuando, recordándonos que era 21 de diciembre, propuso escribir en un papel lo malo del año y quemarlo.
Se repartió papel y algunos escribieron y quemaron esas malas experiencias. Yo me quedé con el papel en mi mano, lo doblé y pensé. Lo guardé un rato y no supe que escribir. Finalmente quedó manchado por algunas gotas de vino, pero sin una de tinta.
Ha sido un año especial. Como muchos con altos y bajos. Con desafíos y golpes. Duro. Pero no supe qué escribir. Quizás porque cada una de las cosas que pasaron ha tenido un sentido y no logro enteder el presente sin todas y cada una de ellas.
Es fácil mirar atrás y soñar con borrar eventos. Pero es en la dificultad que reconocemos el logro. En la tristeza que reconocemos la alegría, en el dolor la felicidad. Queremos un mundo mejor, pero ese siempre tendrá dificultades que sortear. Un mundo con más y mejores oportunidades, pero ellas sólo aparecen en la oscuridad - hay que descubrirlas y desvelarlas.
No se me ocurre que borraría, sí que cosas pienso enfrentar diferente a partir de los errores, las caídas y los golpes.
Pedro fue siempre el optimista, el presidente del curso, el que ha organizado cuanta celebración existe. Quizás por ello me llamó la atención cuando, recordándonos que era 21 de diciembre, propuso escribir en un papel lo malo del año y quemarlo.
Se repartió papel y algunos escribieron y quemaron esas malas experiencias. Yo me quedé con el papel en mi mano, lo doblé y pensé. Lo guardé un rato y no supe que escribir. Finalmente quedó manchado por algunas gotas de vino, pero sin una de tinta.
Ha sido un año especial. Como muchos con altos y bajos. Con desafíos y golpes. Duro. Pero no supe qué escribir. Quizás porque cada una de las cosas que pasaron ha tenido un sentido y no logro enteder el presente sin todas y cada una de ellas.
Es fácil mirar atrás y soñar con borrar eventos. Pero es en la dificultad que reconocemos el logro. En la tristeza que reconocemos la alegría, en el dolor la felicidad. Queremos un mundo mejor, pero ese siempre tendrá dificultades que sortear. Un mundo con más y mejores oportunidades, pero ellas sólo aparecen en la oscuridad - hay que descubrirlas y desvelarlas.
No se me ocurre que borraría, sí que cosas pienso enfrentar diferente a partir de los errores, las caídas y los golpes.